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Cazando con arco en busca de las cabras montesas por las sierras malagueñas

Cazando  con arco en busca de las cabras montesas por las sierras malagueñas

Enviado por Jorge B. el 03-05-2022

Engancho el arco a la mochila y con paciencia pero sin pausa, comienzo a coger altura. La paliza va a ser importante en unos 500m que nos separan de las cabras, tenemos que ascender 300m positivos, pero las ganas y la emoción de mi primer rececho de cabra montés, con arco me hacía subir como si nada, la emoción y la adrenalina a estaba a flor de piel.
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El día 1 de caza de la cabra montés.

Teníamos solo la tarde para cazar, me acompaña mi buen amigo Jorge, gran cazador con dilatada experiencia en la caza de la cabra montés. Vamos a contra reloj ya que el 24 de abril acaba la temporada de la cabra montés. Mi objetivo abatir una hembra vieja con arco y al final de la temporada.

Llego a la finca donde iba a cazar y antes de meterme en faena pongo el parapeto a 60 metros, compruebo que el arco está bien regulado. Esto en la caza con arco es una condición indispensable, ya que solo tenemos una oportunidad y la distancia de tiro, en mi caso no va a ser mayor de 60 m, que es una distancia que tengo bien entrenada.

Paro el coche en una zona donde tengo visión de toda la sierra que puedo cazar, la densidad de animales es grande y no tardamos en localizar cabras, algún grupo de machos y junto a una pedrera 8 o 10 hembras. Alguna de ellas da el perfil de lo que estaba buscando. Pues nada preparo el material y el lío.

En esta ocasión voy a cazar con mi arco habitual de las esperas, un Mathews Vertix de 70# (libras) de potencia, flechas Gold tip Hunter, calibre 340 y puntas Slick Trick fijas de 125 grains.

Engancho el arco a la mochila y con paciencia pero sin pausa, comienzo a coger altura. La paliza va a ser importante en unos 500m que nos separan de las cabras, tenemos que ascender 300m positivos, pero las ganas y la emoción de mi primer rececho de cabra montés, con arco me hacía subir como si nada, la emoción y la adrenalina a estaba a flor de piel.

Comienza la entrada, las cabras estaban en una pedrera, la estrategia que me hago es ascender tapado por una zona con árboles y matorral bajo y cuando perdiera la línea de árboles, entorno a los 1.400 m de altitud, pegarme a las paredes de unos riscos y de ahí hacer una diagonal, hasta llegar a la pedrera donde se suponía que encontraría a las cabras.

Con la legua de medio metro, consigo llegar a arriba y comienzo a hacer la diagonal, localizo las cabras, las miro con los prismáticos, nos separan algo menos de 200 m, parece que no me han visto, continúo tapándome con la pared del risco y cuando llego a 180 m … ¡No puede ser! Un Machito joven que se asoma por detrás de mí, me ve, pega un chiflido y las cabrás sin demasiada prisa, pero sin pausa se salen de mi rango de tiro por mucho, la cosa pinta mal. Asciendo con más moral que el que fuerzas en las piernas, pero nada ya me han detectado y me mantienen las distancias. Demasiados ojos mirándome.

Decido seguir con la diagonal, a ver si me topo con alguna más, pero la noche se me ha a echar encima y bajar por esa sierra sin luz del día, aunque siempre llevo mi frontal, es arriesgar demasiado y el leñazo puede ser importante. Así que media vuelta y camino para el coche.

Poco a poco perdemos altura , ya metido en la línea de árboles de nuevo, oigo un ruido, me paro y sigiloso, medio reptando por el suelo, detecto a un chachito, bien resultón, aunque no llegaba ni por asomo a los 50cm de cuerna, pero me quedé a escasos metros, y el lance en este caso fotográfico fue fantástico. Pero esta vez nuestro objetivo es una hembra vieja.

 

El día 2 de caza de la cabra montés.

Penúltimo día de la temporada, me acompaña mi buen amigo Miguel, gran cazador y con el que he cazado mucho desde nuestra más tierna infancia. El viernes no pudimos cazar, la lluvia, nieve y viento nos impidió subir a perseguir las cabras.

El día amanece idílico, frío muy frío para el mes de abril y para la provincia de Málaga. Nada más llegar a la finca, misma operación, mismas cabras, mismo sitio. Pero claro, si hacemos misma estrategia…. Ummmm no se yo…. Ese día, el guarda de la finca que estaba con nosotros oteando las montañacas, nos aconseja hacer una entrada directa, en línea recta de abajo hacia arriba, todo lo contrario de lo que yo pensaba hacer y lo que los cánones de la caza con arco dicen, pero sería de tontos por nuestra parte no hacerle caso a la persona que lleva 62 años viviendo allí y contemplando cabras. Luís, que así se llama ese gran profesional y persona, nos dice que la entrada la hagamos nosotros dos solos, que 3 ya somos multitud, él se quedará en la ranchera mirando como progresamos montaña arriba y velando por nuestra seguridad.

Comienza de nuevo el ascenso, nuevamente el desnivel del primer día hay que volver a sortearlo. Es cierto que esta vez cogemos el sendero que nos recomienda el guarda de la finca y ganamos altura muy rápidamente. Por supuesto, aunque nuestro ascenso es muy lento y sigiloso, para hacer el menor ruido posible, llegamos con la lengua de medio metro. Una vez que hago la asomada a la pedrera, no veo nada, cojo aire, me siendo en la rama de una encina, escudriñando cada piedra y nada de nada. Nos comunicamos con Luís por teléfono y nos dice que se han subido a una repisa, unos 150 o 200 m más arriba, con lo que según me dice mi reloj Sunto nos supuso unos 60 m positivos más de ascensión. Esta vez, arco en mano, lenta y acortando distancias muy poco a poco. Mientras Luís, nuestro guarda, desde su perspectiva se impacienta, porque nos ve que estamos a escasos metros de un buen rebaño de cabras. Escasos 15 o 20 metros me separan de mi asomada, pero tiene que ser despacio y lenta. Miro a Miguel y entre señas me dice que avance yo solo los últimos metros. Levanto la cabeza… upsss tengo una a pocos metros, pero honestamente los 78 metros que nos separaban, no estaban a mi alcance como cazador arquero, menos con las pulsaciones a 1000 como las tenía. Reptando por el suelto entre lascas de piedras sueltas, decido hacer la asomada, para coger mejor perspectiva. ¡Ahí están!, de repente veo una, que parece que cumple con el estándar de lo que quiero tirar. Parecía una cabra vieja, pero los cuernos superaban ampliamente el tamaño de las orejas. Mi ojo inexperto en esta caza y el no querer equivocarme con un macho joven, me hace perder un tiempo muy valioso en asegurarme si era un machito joven o una hembra muy vieja. Mido con el telémetro y me da 42 m, confirmo en varias ocasiones la distancia y no hay duda, es una distancia en la que me siento cómodo. Habría unas 10 o 12 hembras careando tranquilamente. Intento coger ángulo de tiro y shifffffffffff shiiiiiffffffff, una cabra vieja en lo alto de unas piedras, me detecta, poniendo en alerta al resto del rebaño. ¡No puede ser! Vuelven a coger distancia y se salen de mi rango de tiro. ¡Maldigo todo lo mal decible!, mi inexperiencia en este tipo de caza me está poniendo los pies sobre la tierra. Miguel y yo nos miramos resignados, pero hay que seguir cazando, mejoro mi situación para rebuscar y a escasos 20 m salta una hembra con una cabrita del año anterior, pero a 3000 por hora, intirable y tampoco era lo que buscaba.

Un poco desmoralizados, llamamos al Sr. Luís que había visto toda la entrada desde abajo, el cual nos alienta, para que sigamos cazando - ¡Que entrada! ¡Eso es caza! – La verdad que nos subió la moral. El guarda nos dice que se va a almorzar y que sigamos cazando.

 

Sin perder altura, entorno a los 1.400 m sobre el nivel del mar, localizamos un nuevo grupo a unos 700 m, decidimos subir hasta unos riscos, de ahí hacer una diagonal, bien tapados por unas peñas. Tras varias paradas para coger aliento y beber agua (llevábamos unas 6 horas de caza), llegamos a las peñas, hacemos la asomada y nada.

Habían desaparecido, el viento empezó a soplar hasta el punto que te tiraba y nos hacía perder en michas ocasiones el equilibrio, las nubes empiezan a hacer acto de presencia y a amenazar lluvia. Aún así y con la moral alta, decidimos hacer una asomada al siguiente valle. Bajamos y volvemos a subir para hacer una nueva asomada. Localizo a unas hembras , pero bien lejos, ni medí…. ¡Para qué!. Pero en la asomada, veo en medio de un prado que había en lo alto de la sierra a una tumbada, sola y tranquila. Las pulsaciones se me vuelven a poner a mil, mido … 80 m ufff no estoy cómodo con esa distancia, pero era el penúltimo día, decido hacerle una entrada dando un rodeo, no puede ser comienza a llover y las rachas de viento cada vez son más fuertes. Miguel se resguarda bajo un árbol y no recorto unos metros la distancia. Shifffffff…. ¡La madre que me parió! Una de las del grupo que vi en el 5º infierno me ve. La cabra a la que le iba a hacer la entrada, se levanta, pero en vez de cogerme distancia, de repente muy tranquila, baja la distancia a 70m Shifffff shiffffff ¡No puede ser! ¡No me ve!, de nuevo 80 -90 -120… Comienza a diluviar y Miguel me dice tío vamos para abajo, que la bajada va a ser peligrosa y muy resbaladiza. Obcecado, le digo a Miguel que voy a intentar subir un poco, pero tras unos metros de subida me doy cuenta que es una locura continuar. Media vuelta y para el coche. Perdemos altura muy despacio, las piedras parece que tenían aceite de lo que resbalan. Tras más de una hora de bajada, como parecía, solo parecía que había amainado, enredo a Miguel para que me lleve a otra zona con el coche, e intentar localizar más cabras y hacer alguna somada. Cuando llegamos me deja en una zona, y le digo que se baje que yo daré un rodeo para ver si veo algo. Pero como no podía ser de otra manera, me cae la mundial de agua jejeje ¡No tengo arreglo! Después de 8 horas de pateo, me doy por vencido.

Nos vamos a comer a una venta, que conocía y el dueño muy amablemente nos puso de comer a las 7 de la tarde, caldito calentito y unas migas que nos resucitó. 

El día 3 de caza de la cabra montés.

Último día de la temporada de caza de la cabra montés y por tanto última oportunidad de abatir mi primera cabra montés con arco.

Esta vez tras ponerme de acuerdo con el guarda, decidimos cazar otra zona, con el hándicap de que hay muchos senderistas y escaladores. Era nuestro último cartucho y teníamos que quemarlo, cazaríamos sólo hasta las 2 de la tarde. Entre una cosa y otra, mientras llegamos al cazadero y nos pusimos a cazar eran las 10:30 de la mañana, tarde pero es lo que había.

Tras aparcar el coche, prismáticos en mano, localizamos a una hembra vieja, perfecta para hacerle la entrada, lo malo que teníamos que entrarle desde abajo, saltar una malla, etc. Pero había que intentarlo, nos ponemos a caminar hacia ella, haciendo el menor ruido posible y tapándonos lo más posible, pero cuando llegamos a unos 150 m, nos detecta y como no podía ser de otra manera se quita de en medio. El Sr. Luís me propone subir por una canal, escarpada, pero accesible e intentar divisar unos riscos desde unos llanos que había sobre la canal. Nada más coronar, unos 25 o 30 machos monteses, a no más de 30 metros de nosotros, tranquilos, tomando el sol. Sabían que ese día la película no iba con ellos. Decidimos pararnos un rato por si se uniera la hembra que vimos al grupo de machos, pero nada no detectamos ni a esa ni a ninguna hembra. Así que decididos a conseguir culminar un lance, comenzamos a andar, en algunos sitos el gateo y la escalada fue real, pero siempre sin arriesgar demasiado. Aunque en algún paso me noté dos cosas esféricas en la garganta jajaja, pero esto es lo que tiene la caza de montaña. Sin parar de andar y rebuscar hembras, dimos con un grupo, pero teníamos un problema, si les entramos por detrás, se van hacia unos escaladores que teníamos a unos 500 m, así que decido y así se lo propongo al Sr. Luís, que hay que dar un rodeo e intentar entrar de frente, así evitamos a los, senderistas, escaladores, etc. Porque ciertamente, aquello parecía una feria.

Nos ponemos en marcha y tras un buen rodeo (son las 13:00 horas) las tenemos delante, pero en contra de todo pronóstico, todo el rebaño de hembras huye en dirección a los escaladores  – Que desastre, me digo a mí mismo. El año que viene será – Decidimos que era el momento de emprender la ruta de regreso al coche, pero iríamos por las mismas peñas donde entramos, por si sonara la flauta. Comenzamos a andar y no he dado 2 pasos cuando delante de mi a escasos 20 metros, una hembra vieja, cumplía con el estándar que buscamos, pega un arreón y se nos pierde en cuestión de segundos, no dio tiempo a reaccionar. Luís me dice coge la malla abajo que esa ha saltado la malla por una piedra que hay un poco más abajo. Efectivamente, la veo que ha saltado la malla, susto por donde el guarda me indica. Siguiendo sus instrucciones bajo paralelo a la malla buscando el portillón por donde ha saltamos por la mañana, unos 300 m más abajo.

Veo que está tranquila, careando hacia una canal de subida, e iba buscando el llano donde nos encontramos a los machos por la mañana. Esta vez, comienzo a subir paralelo a ella pero cogiendo distancia, para no levantar sospechas si me ve. Casi ya he coronado, pero no la veo, por donde se supone que me tenía que pasar, tapado por unas matas, no paro de mirar pero no la veo – Pienso, esta se me ha adelantado y ya ha coronado – Llamo al guarda, para ver qué había pasado, ya que él estaba siguiendo la jugada desde abajo con mejor perspectiva. Justo descuelga y…  - La veo, la veo – Venía canal arriba tranquila, la tengo cruzada a 50 m. Tiro perfecto, pero con la mala fortuna que al meterme el móvil en el bolsillo de la chaqueta, PLAAAAA, al suelo. Se me gira y se pone a mirar fijamente hacia donde yo estaba. - ¿Qué hago? Pensaba. No tengo tiro, (yo la veía por un hueco en las matas de unos 20 cm) la tengo de pecho y a 50 m, flecha que no tiras flecha que no mata, pienso –

Pongo la flecha una Gold Tip Hunter, con las plumas Bohning X2 y la punta Bearpaw German Jager de 125 grains, engancho el disparador, nooooooooooo se me mueve la punta, ¿Se puede ser más cenizo?, cambio de flecha, mismo setup pero con una Slick Trick de 2 hojas y dos sangradores.

Me asomo por el hueco, mido varias veces para confirmar la distancia con mi telémetro 50 m ¡Confirmado! Muevo el carro del visor a 50 m y pienso, ahora o nunca, aunque sea de frente. Pongo mi pie izquierdo sobre una piedra, que me daba la justa elevación para meter la flecha por el hueco de 20 cm entre las matas. Abro el arco, le apunto al centro del pecho y suelto la flecha….. Al soltar oigo PLAAAAAAAAA y veo que la cabra cae seca, a plomo…. ¡No me lo puedo creer!
Monto otra flecha por si se levantara y empiezo a andar por un cortado, no demasiado complicado, que nos separaba y que podía sortear, con una mano en las piedras y la otra en el arco. Mientras me acercaba pensaba …. ¿Dónde le habré dado para que caiga así? Pues cuando llegamos a ella en el sitio más insospechado. Te recuerdo que le había tirado de frente, pues las flecha le entró por una oreja y le salió por la otra ¡¡¡Increíble pero cierto!!!.
Analizando el tiro, la cabra escuchó el tiro, se giró para huir hacia arriba, pero solo le dio tiempo a girarse, con la grandísima fortuna que le impactó la flecha de la forma que lo hizo. Cierto es que el tiro fue bueno e iba bien orientado, pero ella al girarse y agacharse para saltar se encontró con la flecha.

Al final, se consiguió abatir. Quien haya cazado con arco, sabe que a ciertas distancias si no llevamos arcos rápidos, esquivan los tiros, muy habitual con  los corzos.

Hembra vieja y larga de cuerna, de entre 15 y 16 años y como no podía ser de otra manera intentaremos aprovechar parte de su carne.

Mi especial agradecimiento a las personas que han hecho posible, que haya podido tener esta fantástica experiencia. A mi mujer, por su paciencia infinita. A Luís, por ese pedazo de regalo que me hizo. A mis acompañantes de lujo, mi compi Jorge y mi querido Miguelón. Y a Luís, el guarda que más paciencia tiene del mundo.

Para el año que viene, continuaremos con más proyectos de este tipo y lo contaremos.

Si tuviera que resumir mis 3 días de caza con arco, tras las cabras montesas en una sola palabra, sería ¡¡¡BRUTALLL!!!

#caza #hunting #biggamehunting #cazamayor #cazaconarco
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  • #1 Luis Alvarez

    Precioso relato de mi compañero arquero,hay momentos que estaba a tu lado cazando viviemdo la sensacion del lance. Enhorabuena compañero.

    05/05/2022 08:38

  • #2 Jorge B

    Muchas gracias Luís, me alegro que hayas disfrutado del reportaje.

    05/05/2022 09:03

  • #3 Padilla

    Precioso reportaje, y como no decirte que me das un poco de envidia. Pero si tú has disfrutado como se que si, también soy feliz. Un abrazo amigo

    05/05/2022 14:38

  • #4 Padilla

    Precioso reportaje y lo veo con un poco de envidia, pero me alegro por ti. Un abrazo amigo.

    05/05/2022 14:40

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