Pruebas de ADN de las incautaciones de marfil han vinculado los envíos de los 3 años de máxima actividad ilícita con la misma red de traficantes que operaban desde un puñado de puertos africanos. Los investigadores de la Universidad de Washington, cuyos resultados se publican en Science Advances, vincularon estos envíos de marfil después de desarrollar un riguroso régimen de clasificación y análisis de ADN de colmillos en diferentes envíos de marfil.

Este método permitió a los científicos identificar pares de colmillos que se habían separado y enviado en diferentes envíos a distintos destinos en todo el mundo; sin embargo, se habían enviado del mismo puerto, casi siempre dentro de 10 meses de diferencia entre sí, con una gran superposición en el origen geográfico de los envíos de colmillos coincidente.

"Nuestro trabajo anterior en pruebas de ADN deenvíos ilegales de marfil mostró que los principales lugares de caza furtiva de elefantes en África eran relativamente pocos", dice el líder y autor correspondiente del trabajo Samuel Wasser, director del Centro de la Universidad de Washington (UW) de Biología de la Conservación y profesor de biología. "Ahora, hemos demostrado que el número y la ubicación de las principales redes de contrabando de estos grandes envíos de marfil fuera de África también son relativamente pocos", añade en un comunicado.

Los tres cárteles más grandes de contrabando

Utilizando este protocolo, el equipo identificó lo que parecen ser los tres cárteles de contrabando de marfil más grandes en África, operando desde Mombasa, en Kenia; Entebbe, en Uganda; y Lomé, en Togo. De los 38 grandes envíos de marfil analizados, el equipo pudo vincular 11 de estos envíos mediante la identificación de pares de colmillos que se separaron después de la caza furtiva, pero que fueron enviados fuera del mismo puerto durante el periodo 2011-2014 cuando el tráfico estaba en su punto más alto.

Los grandes envíos actualmente dominan el comercio ilegal de marfil. Alrededor del 70 por ciento de las incautaciones de marfil entre 1996 y 2011 se realizaron en grandes envíos de al menos media tonelada métrica, o alrededor de 0,55 U toneladas americanas, según un estudio de 2013 publicado en 'PLOS ONE'. La vinculación de múltiples envíos grandes de marfil a las mismas redes de contrabando ayudará a construir evidencia contra los cárteles que son responsables de la mayor parte del comercio y envío de marfil ilegal, según Wasser.

Estos esfuerzos podrían agregar múltiples casos de cargos de tráfico contra los líderes de las operaciones de contrabando, que a menudo son juzgados por eventos únicos, de alto perfil y ocasionalmente controvertidos, La reciente absolución de Feisal Mohamed Ali en Kenia es un buen ejemplo de ello.

"Revelamos conexiones entre lo que de otro modo serían confiscaciones aisladas de marfil, vinculando ataques no solo a redes criminales específicas que operan en estos puertos, sino a redes de caza furtiva y de transporte que canalizan los colmillos cientos de millas hasta estos cárteles --dice Wasser--. Es una herramienta de investigación para ayudar a los funcionarios a rastrear estas redes y recopilar evidencia para casos criminales".

El comercio internacional de marfil de elefante ha sido ilegal desde 1989, pero el número de elefantes africanos sigue disminuyendo. En 2016, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza citó la caza furtiva de marfil como la razón principal de la asombrosa pérdida de alrededor de 111.000 elefantes entre 2005 y 2015, dejando un total de 415.000.

FUENTE: EUROPA PRESS